
¿Cómo cuido la boca de mi caballo?
El cuidado bucal es una tarea primordial para mantener fuerte y saludable a un equino. Al igual que sucede con los humanos, el mantenimiento y una alimentación sana cumplen un papel vital en la prevención de enfermedades. Y tal como ocurre en la odontología humana, también existen tratamientos bucales para caballos.
Incluso se les puede realizar una serie de operaciones dentales similares a las que se les realizan a los humanos. Por ejemplo, son habituales las extracciones de piezas dentales, limado o nivelación de aristas, principalmente premolares y molares, nivelación de incisivos, periodoncia y ortodoncia, entre otros. De igual modo, hay intervenciones quirúrgicas para sanar o corregir fracturas y lesiones.
El aseo bucal debe estar acompañado de una dieta adecuada y balanceada, que permita una masticación y deglución normales, y obviamente, una buena digestión. El descuido de estos detalles específicos, incide de forma notable en el desarrollo de problemas y complicaciones.
Los riesgos
Los males que aquejan la salud bucal de un caballo también son muy similares a los que comúnmente afectan a los humanos. Principalmente se presentan pérdidas de piezas dentales por golpes y traumatismos, caries e irregularidades dentarias, que van asociadas a su dinámica de masticación. También aparecen daños por una mala selección y manejo de bocados inadecuados, al igual que las sacudidas muy fuertes sobre esos puntos de apoyo en las ramas de la mandíbula.
Por estos riesgos, el cuidado de los dientes y la mandíbula juegan un papel fundamental si se quiere tener un caballo en buena forma. Es importante revisar la boca desde las primeras semanas de vida, en las etapas más tempranas de formación del animal. Es necesario un seguimiento constante de la cavidad bucal así como la observación de cambios de conducta o de hábitos alimenticios.
Recomendaciones de expertos
Las recomendaciones de expertos, que diariamente realizan labores de cuidado dental, es que cada seis meses se le realicen trabajos de mantenimiento a la cavidad bucal. Se trata, básicamente, de mantener la dentadura nivelada y sin bordes cortantes. El masticar de productos inadecuados tiende a desencajar la mordida, y dichos bordes cortantes pueden ser peligrosos y causar heridas que corran el riesgo de infección.